La competencia laboral está asociada al domino de tres componentes: la teoría, la práctica y la actitud. No puede existir competencia si falta cualquiera de las tres componentes.
Por Ing. Fernando Anstirman Guerrero
Director del Centro de Investigaciones Tecnológicas
Todos hemos escuchado al referirnos a una persona que ha realizado un buen trabajo la expresión “excelente electricista, muy competente”, “excelente cosmetóloga, muy competente al realizar su trabajo”. Este término “competente” está relacionada a la capacidad que posee una persona para realizar con éxito una actividad laboral.

La competencia laboral está asociada al domino de tres componentes: la teoría, la práctica y la actitud. No puede existir competencia si falta cualquiera de las tres componentes. En la gráfica observará que al componente que mencionamos anteriormente como “Teoría” se refiere a los conocimientos o saberes que debe poseer la persona para poder realizar una actividad laboral. Indiferente que sea una panificadora, una cocinera, un mecánico automotriz, un albañil o un fontanero o una instructora de aeróbicos, el conocimiento es el componente previo para realizar la actividad laboral. Hacer algo sin tener el conocimiento de que es y cómo lo hago, es como tratar de trabajar a lo ciego.
El otro componente que le habíamos denominado como “la práctica”, se identifica en la gráfica como “las habilidades” y está relacionada a la actividad que debe realizar la persona para poder producir productos de calidad (pan francés, blusas o vestidos, instalaciones eléctricas, etc.) o prestar un servicio (corte de cabello, venta de cosméticos, consulta médica, reparación automotriz, etc.).
El último componente es la “actitud” que se refiere a la disposición que debe mostrar la persona al realizar en trabajo. Todos los componente son imprescindibles, no puede faltar ninguno. En nuestra experiencia el componente que está causando que las personas sean despedidas de su trabajo o pierdan clientes en su negocio, es su actitud. Las actitudes están íntimamente relacionadas con los comportamientos de la persona, así podemos mencionar; la responsabilidad, el orden, la colaboración, la disciplina, la amabilidad, la limpieza, etc. son aquellos comportamientos que complementa a la persona competente.
En este dominio también se debe incluir las aptitudes, observe la diferencia entre actitud con “c” y aptitud con “p”; las aptitudes son dones o características innatas que posee una persona ante cualquier situación ya sea de índole laboral o familiar, por ejemplo: la creatividad, el liderazgo, la toma de decisiones, la empatía, el buen humor, la honestidad, etc. son aptitudes que le permiten a una persona a realizar mejor su trabajo y llevarse bien con sus compañeros o con los clientes.
Todos los Centros de Formación Profesional que pertenecen a CAPRO deben ejecutar los cursos de capacitación considerando que el compromiso principal es lograr que todos los participantes que toman los cursos, alcancen las competencias laborales que le permitan encontrar y mantener un empleo en una empresa u organizar su propia empresa para ofrecer productos o prestar servicios de calidad que satisfagan las expectativas de los clientes, para mejorar y hacer crecer su negocio.
Para capacitar a los participantes en competencia, los instructores y facilitadores deben poseer además del domino de su especialidad, el dominio metodológico para poder guiar a los participantes que atiende, hacia el logro de la competencia. Se refiere a que el personal del Centro de Formación debe desarrollar los cursos que imparte en base a COMPETENCIAS LABORALES y es por ello que el INSAFORP determina que los cursos sean impartidos por instructores y/o facilitadores validados en sus respectivas especialidades.