Centros de Formación Profesional que deciden tomar las riendas de su futuro y trabajar incansablemente bajo la premisa “juntos somos más fuertes”
Por Adriana Parker
Directora Ejecutiva CAPRO
El Salvador es un país lleno de gente soñadora y determinada, dispuesta a escalar las montañas más altas y nadar en las mareas más turbias. Nos mueven nuestras familias, nuestras metas, nuestras bendiciones y nuestras desgracias. Somos un pueblo de carácter firme, personas resilientes y apasionadas, con ganas de saltar los obstáculos que nos presente la vida con tal de cumplir nuestros objetivos.
Nos ha tocado vivir pruebas muy difíciles, algunas inimaginables: terremotos, tormentas, violencia sistemática, corrupción, falta de oportunidades, y ahora, una pandemia. Afortunadamente, no hemos perdido la esperanza ni la fuerza, y tenemos clara la razón por la que seguimos de pie: nuestros sueños. Hay sueños individuales y compartidos, algunos tan generosos que no contemplan un beneficio propio, pero en definitiva, un corazón lleno de voluntad.
La Cámara de Centros de Formación Profesional de El Salvador nace de varios corazones que desbordan voluntad y determinación. Centros de Formación Profesional que deciden tomar las riendas de su futuro y trabajar incansablemente bajo la premisa “juntos somos más fuertes”; dispuestos a abrir sus puertas al crecimiento de su profesión y la creación de herramientas formativas para todos aquellos que buscan oportunidades para materializar sus sueños.
Este propósito no es nuevo, es el resultado de más de 20 años de recorrido profesional, individual y con aliados, que se concretiza en una institución gremial sostenida por tres pilares: formación, consultoría e I+D. La formación profesional como motor generador del crecimiento económico y social de un país; la consultoría como una alianza instrumental con instituciones públicas y privadas, a las que buscamos apoyar con nuestra experiencia y conocimiento; y la investigación y el desarrollo, como compromiso a nuestra sociedad, en la que la única constante es el cambio.
Esta nueva etapa para la formación profesional de El Salvador involucra a todos aquellos que en la medida de sus capacidades comparta el firme propósito de generar y promover oportunidades, de tener un impacto a gran escala para el país y posteriormente a la región, a fin de que los sueños de personas resilientes y apasionadas se conviertan en metas cumplidas.